¿Dios mío, por qué me has desamparado?

Tal vez Usted no sepa que La Biblia, el libro sagrado de los cristianos, tiene varias versiones en línea (o sea que la podemos leer desde Internet). En el siguiente enlace podemos encontrar la versión de La Biblia reina valera 1960 (Haga clic aquí)

En esta biblia podemos leer en Mateo 27:46

"Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: 
Elí, Elí, ¿lama sabactani?

Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

Para los judíos, la frase no tiene la connotación que los católicos le atribuyen, pues aseguran los rabinos, estudiosos de las lenguas que se hablaban en la época de Jesús, que la frase no está en arameo sino en hebreo y que Jesucristo no se estaba lamentando sino recitando de memoria alguna salmodia ritual.

De la misma manera que reliquias antiguas, como el sudario de cristo, son puestas en duda por la ciencia y la racionalidad contemporánea, así mismo se revisa la interpretación de las sagradas escrituras y se pone en duda la exactitud de las palabras y el alcance de las intenciones de estas.


Así las cosas, algunos traducen la frase, un poco coloquialmente como:

"Padre mío, porque me has abandonado"

Lo cual suena lógico siendo Dios el padre de Jesús.

No tengo ningún interés en participar de la polémica pues es un tema que desconozco. Cómo sea, la frase es bastante desgarradora y patética. No es solo una queja de inmenso dolor físico y emocional sino, además, un lamento que expresa la máxima soledad.

¿Porque hacemos referencia a esta frase? Por su vigencia en nuesta realidad. Por la forma en que las familias se fraccionan y los padres dejan a sus hijos para buscar mejores horizontes. Y también por aquellos padres, cada vez más jóvenes, que rehuyen su responsabilidad o la enajenan a terceros.

Sin embargo ahora, son cada vez más evidentes y permanentes estas otras palabras:

"¿Hijo mío, porque me has abandonado?" 

Si usted es un padre o madre que ama demasiado a su hijo, quizá Usted comparta conmigo cierta desilusión de ser padres. Lo das todo y recibes muy poco. Y con el tiempo podría ser peor...

Quizás es la ley de la vida. Sin embargo, uno quisiera que fuera distinto.

Le invito a observar unos videos que quizás le sirvan de consuelo, si es padre, o le hagan reflexionar y cambiar de actitud, si es hijo o hija que tiene a sus padres alejados de su afecto.