Le pedí a Dios una esposa que fuera bonita e inteligente. Que tuviera la paciencia para soportar mis arranques emocionales. Que fuera una buena madre para mis hijos. Que fuera hacendosa y organizada para compensar mi desorden.
Continuación...
Dios no solo me dió una esposa con esas características. Además me regalo una amiga incondicional, una socia financiera, una asesora de vestuario, una compañera de viaje, un hombro sobre el cual llorar, un cuerpo para abrazar.
La dotó además con grandes dotes afectivas, morales y espirituales, de manera que todos los que la conocen, llegan a quererla de una manera muy especial.
Sus ojos tienen un brillo particular y me revelan, todos los días de mi vida, su generosidad y pureza de corazón.
No soy digno de ella y sin embargo, Dios me dió el premio inmerecido de su amor.
Le he dado gracias, muchas veces, al buen Dios por su regalo. Muy pocas veces le he dado gracias a ella por tolerarme.
Gracias esposa por ser parte de mi vida. Te amo y espero que yo sea para ti algo parecido a lo que, alguna vez, le pediste a Dios como compañero de tus días
2 comentarios:
Que lindas palabras nacidas desde el corazón, siempre llévalas en tus pensamientos, nunca las olvides. De esa manera Dios compensará que ella siempre este contigo, como se dice para toda la vida, como tu compañera en los buenos y malos momentos. UN TE AMO.
Cuando estasmo sencibles los sentimientos salen a flote, que inspiración tan linda espero ella las lea. Cuando elegimos un compañero (a) es para todos los momentos de nuestra vida, y más cuando sentimos soledad. Te regalo un abrazo y un gran beso de cariño y ten mucha fe en Dios el puede con todo si confiamos en El, es quien nunca traiciona, solo Ama.
M.L.L.S
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