Por más que trates de desarrollar los contenidos de manera didáctica, lúdica, entretenida. Ellos, tus estudiantes (léase tus clientes), siempre van a querer más. Más diversión, más juego, más interacción social, más ruido.
Es natural y es un fenómeno de la actualidad. Si recordamos "nuestra época"
, a nosotros nos despachaban con cualquier lámina que tuviera pintado un mapa o un "aparato digestivo". Incluso quedamos tan marcados que algunos crecimos pensando que los países de Europa eran del mismo color de los parches que mostraba el atlas.
En ese entonces la máxima autoridad en conocimiento era el maestro y el libro que le servía de guía. Muchos no teníamos televisión ni teléfono (que eran sinónimo de estatus). Mucho menos había consolas de juegos de video, celulares, mp3, mp4, bafles autosuficientes, dvd, computadores. Incluso la industria editorial era un poco tímida y los libros eran tan caros que había que obtenerlos a crédito (Recuerdo las cuotas mensuales que se abonaban al Círculo de Lectores).
O sea que vivíamos una época donde el saber estaba guardado en los libros, a veces algo costosos, y en la cual el maestro era una especie de guardián del tesoro del conocimiento.
Hoy no es así. El panorama es totalmente opuesto. La competencia feroz de los medios de comunicación y la profusa cantidad de información que nos llega a través de toda clase de medios y dispositivos, no solo acabaron con la exclusividad académica del docente, sino que amenazan la estabilidad mental de toda la sociedad, principalmente de los jóvenes que no saben como administrar tal cúmulo de información.
Sin embargo, y entendiendo que la cantidad de información, no necesariamente de calidad, resulta más una amenaza que una ventaja, es necesario hacer algo al respecto.
Amigos, ¡No nos engañemos más!, los estudiantes se aburren en clase. Y el aburrimiento de la actualidad es peor que el de otrora, porque hoy los chicos son más individualistas y se sienten con más derecho a la felicidad. Y ¿que puede ser peor amenaza a la felicidad de un estudiante que una clase "aburrida" o tener que hacer algún esfuerzo para lograr algo?
Como se puede ver, no es posible superar el temor de que tus clases sean aburridas. Pero lo peor no es eso, sino el sentimiento de fracaso que sobreviene. Una sensación de que es inútil todo intento de enseñar porque no hay quien quiera aprender.
Sin embargo, podría haber algo que cambie la situación para benefico de todos. Muy probablemente sean las TICS y dentro de esta corriente el desarrollo y aplicación de los OVAS como alternativa pedagógica, didáctica, lúdica y recreativa.
En una próxima entrada desarrollaremos el tema de los OVAS y mostraremos algunos ejemplos elaborados por el suscrito. Hasta entonces, si Usted es docente, sepa que hay luz al final del túnel.
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