A veces nuestros hijos nos piden un celular que les permita comunicarse más y mejor con nosotros y sus amigos. Y nosotros, padres amorosos, les damos gusto.
Al momento de la compra el vendedor nos señala las enormes ventajas de cierto modelo, pero a nuestro vástago lo único que parece importarle es que sea accesible a Facebook. No importa que en casa haya una o más computadoras (ordenadores), con el mencionado servicio.
Y los padres, inocentes, no vemos ningún problema con eso. De hecho a veces nos mostramos bastante complacidos con ese oportuno entretenimiento (el Facebook) que los mantiene tranquilos en su cuarto.
Sin embargo, sería bueno saber un poco más sobre el ese fenómeno de masas contemporáneo llamado Facebook...